Cuando llega la angustia y las dudas de que algo ha ocurrido en una relación, cuando ya no es como antes, algunas personas le dan vueltas y se preocupan muchísimo.
A ese punto tal vez las preguntas sobran. No se puede solicitar tanta explicación para quien tal vez, nada desea dar.
Es evidente que la tarea de dejar ir, se convierte en algo dificultoso para muchas personas. Pero lo cierto es que si alguien desea estar al lado, la relación seguirá fluyendo, sin forzar nada.
Y las personas que están a gusto con uno y disfrutan, sentirán la necesidad de mantener las relaciones.
Es el dolor por la pérdida, lo que produce el malestar y desasosiego, cuando uno de los dos continúa amando, y en el otro ya murió el amor, el afecto o la amistad.
A ese punto, no soluciona nada pedir explicaciones. Lo más eficaz es aceptarlo y con el dolor incluído, continuar la vida. El amor y la amistad no se ruegan, si no está para uno, es mejor dar pasos hacia adelante.
No se puede mantener el esfuerzo sólo por una parte, en las relaciones, es imprescindible la reciprocidad, la correspondencia. Volcarse en alguien sin recibir, produce frustración, malestar, rabia, impotencia.
Conviene preguntarse si de verdad uno desea eso en su vida, o algo que le aporte mejores energías y bienestar.
Y es una ley de la naturaleza que la vida siempre fluye, así llegaran otras personas que tendrán la oportunidad de regalar tanto amor, inteligencia, afecto, delicadeza, educación, cultura, al compartir, que sería una pena perderlas por estar empecinados con las personas que ya no tienen ni afecto, ni consideración, ni muestran el más mínimo interés en la relación...!
Y entonces hacer preguntas..., solicitar explicaciones..., para qué...?