Si quieres a tus hij@s, ten la seguridad de algo fundamental. Creer en ellos.
Sirva como un ejemplo del poder de las expectativas, lo que señala la revista de investigación, "The Heart of Social Psychology" (El corazón de la psicología social), que cuenta la investigación en la que se demostró, cómo al decirle a los profesores que tenían algunos alumnos con más inteligencia, influyó muy positivamente en ellos.
Al fin del curso, los hallazgos de la investigación demuestran que en esos alumnos se incrementó un promedio de un 22 puntos su CI.
Y es que las expectativas que los adultos tienen sobre los niños, generan en estos un poder de desarrollo excepcional.
No solo en esa, sino en múltiples investigaciones y autores lo demuestran: la creencia de que el hijo puede, les desarrolla mucho más, por su motivación, su esfuerzo, su interés y la creencia en sí mismos.
Y es que cuando saben que sus adultos tienen fe en ellos, sienten esa fuerza que les ayuda a avanzar y dar pasos hacia adelante.
Saber que sí son valorados y que importan, reconocer sus logros y comunicárselo, es un gran regalo para ellos.
Estar a su lado cuando no consiguen algo, o tienen que solucionar los errores y con paciencia, comprensión y amor, decirles cómo hacer, o qué se les ocurre a ellos, sin reñir, teniendo esperanza en sus posibilidades, también es un gran regalo.
Admirar a los hijos al ver todo lo bueno que hay en ellos es una forma de amor, y sobre todo tener la seguridad que se multiplicará...El amor es generativo...