La oportunidad de renovación surge constamente. Personas, objetos, situaciones, y las ideas también, es la clave de la evolución humana.
Y para conseguirlo se necesita tiempo para pensar. Una especial dificultad por tantos estímulos externos que acechan siempre:
-Planificar con determinación un momento para decidir lo que ya no se desea en la vida de uno.
Aquellas ideas que sirvieron tanto en un momento de la propia vida. Cumplieron sus resultados y han traído a la persona hasta el hoy, su presente.
Y desde entonces, ya han surgido otras diferentes que se aplican en el presente de su vida que es muy diferente de aquel pasado. Y son las que resuelven su actualidad.
-Integrar una fórmula aplicable a cada momento del día: esto vale ahora o no, es útil en la vida o no, qué conviene mejorar para más satisfacción, son pensamientos constructivos, positivos...
-Y crear mentalmente una dinámica activa, atenta, despierta. Desde esa canalización del flujo motivador, es sencillo decidir para elegir lo más inteligente para el presente.
-Así se pueden evitar fugas de energía. A la repetición mental no conviene darle espacio ni tiempo.
-Lo que está en mente tiene que cumplir algunas condiciones, según las preferencias de cada persona, y entre las más importantes, serán que resuelva...!, de lo contrario para qué...?