Algunas actitudes en la vida, están más cerca de la felicidad que otras.
Una clave es sonreír, aprender incluso en momentos difíciles, y acercarse a ese don de la objetividad.
Ir progresivamente transformando el drama en un estado más neutro. No se acaba el mundo, una persona siempre es mucho más grande que sus problemas.
Cuando se sonríe, uno se vuelve más positivo y cambia el humor, la persona se siente más capaz. Por ello más capacidad para crear soluciones.
La sonrisa produce un estado de energía que hace que la persona se sienta más fuerte, más atractiv@ y seductor@. Entonces despliega más entusiasmo para trabajar en sus metas.
Por las neuronas espejo, la persona consigue con su sonrísa, que su interlocutor se beneficie también de ese estado positivo. La sonrisa en tantas ocasiones, es un regalo para el "otro".
Y en general en la salud, fortalece el sistema inmunológico, disminuye la presión sanguínea y aminora el estrés. Por todo ello la persona siente el bienestar que aporta el sentirse más relajada.
Y tenerlo en cuenta: la sonrísa, también funciona como analgésico natural...
La decisión de ser más feliz, es de cada persona. Cuando uno se lo propone y va entrenándose, siempre mejora la calidad de vida.