Cada vez más frecuente. Las estadísticas a veces engañan y otras tal vez no. En lo relacionado con las amistades amorosas que se generan en el trabajo, dan cifras elevadas.
Se sabe que la gente puede que mienta en las preguntas íntimas. De las encuestas que circulan por internet, algunas sobre un 56%, hombres que manifiestan haber tenido relaciones en el trabajo. Otras sobre un treinta y tantos por ciento. Al fin es una realidad.
Y como tal, que cada uno tenga libertad para elegir lo que quiera. Sólo faltaba que alguien fuera por la vida, imponiendo a otr@s sus criterios. Respeto.
Las relaciones en el trabajo, se generan por el trato cercano durante muchas horas al día y año entre compañer@s y/o jef@s. Sí puede ocurrir por la química y la adrenalina que genera el sentirse cerca un día y otro. También por otras decepciones que se han ido acumulando de su relación de pareja.
Las personas van desarrollando una intimidad, progresivamente contándose sus vivencias, incluso en muchos casos van compartiendo las relaciones intimas con su pareja, si tienen novi@ o están casados. Y a lo largo del tiempo es normal que en esas relaciones surjan problemas o roces. Ahí está el compañer@ para consolar, y para sentir a la persona dolida, mucho más valorad@, ante el desierto de su casa.
Y teniendo de confidente al compañer@, se va generando una intimidad, una sintonía, un entendimiento, y así progresivamente la confianza va llevando a las ocasiones de mayor intimidad.
Otras veces no ocurre esto, directamente se encuentran, surge el flechazo y a partir de ahí, las citas y los encuentros. Y si hay compromisos mutuos, las salidas serán a escondidas.
Al fin más fácil y más común de lo que la gente cree.
Por ello, por estar navegando en estos mares de realidades infinitas, a la gente que vive en pareja, o matrimonios, les conviene cultivar un amor constante, porque es precisamente en situaciones de enfados y roces, cuando más surge la búsqueda de relaciones con alguien del exterior. Y la gente ahí se busca la justificación. O no.
No todas las personas cuando están enamoradas y viven dentro de un equilibrio, necesitan buscarse a otr@. Pero es una certeza inmensa que mucha gente se abandona. Las vidas llenas de prioridades, y la pareja, la última. Que nadie se extrañe después que en periodos de sequía emocional en casa, la vulnerabilidad humana sea mayor, y por ello la gente siente un fuerte atractivo ante el recién llegado, tan solícit@, tan amable, con esa actitud de "escucha" y apertura a los sentimientos del otro.
La gente así comienza a flotar, se siente importante, hay alguien que espera cada día con la ilusión en la mirada. Nada que ver con lo de casa, tantas obligaciones y estrés y discusión.
La elección está más que clara. La gente tiene sus fantasías y sus sueños, y así toma el poder quien llega el último. Aún no se aterrizó, no se quitó la venda, con est@, no hay mayor obligación que compartir experiencias sentimientos y la intimidad y el placer. Y el/la de casa, tal vez un gruñón, exigente y malhumorad@.
Al fin lo que parece algo tan caprichoso y superficial se descubre como algo más fuerte. Parece la huída de una situación más dolorosa y/o desesperada.
O tan sencillo como amores que ya hace tiempo han muerto aunque permanezcan juntos.
La duda se desvela, el enamoramiento, la sexualidad, la pasión, están mezcladas con fantasía, sueños, dulzura, pasión y deseos. Es el camino más directo para fundirse en amores, en y fuera del trabajo. Una vez más no es en exclusiva la situación laboral la que propicia, sino las vidas que se buscan y se encuentran.
La gente necesita amor, dar amor y sentirse queridos y compartir sus mejores sentimientos. Algo que tiene que recordar siempre la pareja, si anhela la continuidad. De lo contrario los amores en esa pareja terminan. Y eso sí.......el amor, permanece......con quién....? con el que está dispuesto para el dar y recibir......