Estos complejos, son como un modo de pensar que tienen algunas personas sobre ellos, creyendo que son inútiles, y poco inteligentes. Les hace sufrir el verse y sentirse peores que los demás, se apartan de objetivos y metas pensando que nunca lograrán nada, y se sienten frustrados y limitados.
Y tienen la mala costumbre de compararse, viéndose peores, con menos cualidades y habilidades que el resto.
Lo que agrava la situación es que ese tipo de pensamientos distorsionados sobre uno mismo tiene mucho poder y se llega a materializar.
Se lo creen totalmente, y en consecuencia muchas veces, actúan como si así fuera. Y como el poder de autosugestión negativa también se cumple, cometen más torpezas y errores, y así su circulo maligno crece. Corroboran que son más torpes.
Otra faceta que en consecuencia también les hace sufrir, es que suelen ir por la vida un poco a la defensiva, y en sus comparaciones a veces no soportan a personas que perciben con más destrezas y habilidades.
En ocasiones les etiquetan de prepotentes o superiores, cuando en realidad son personas que van a su aire, sin haberse fijado en más detalles.
Y estos hechos de percibir así a los demás, como si fueran por la vida atacándoles a ellos, les envenena las relaciones. Les cuesta darse cuenta de que otras personas viven sus vidas, a su manera y no van disparando. Es el propio complejo de inferioridad el que les lleva a interpretar de forma equivocada la realidad, poniendo malas intenciones en quien no las tiene.
En las relaciones de pareja suelen enfadarse constantemente, estar irritados y contrariados. No soportan vivir con alguien a quien consideran más list@ y desenvuelt@.
Y el patrón se repite cuando las relaciones son familiares, de amigos y/o trabajo. Al sentirse inferiores, se ponen a la defensiva y atacan.
Cuando se comprometen y se implican en serio, la terapia psicológica les ayuda a solucionar sus problemas de autoimagen, autoconcepto, confianza en sí mismos, todo el conjunto de autoestima, y consiguen superar los problemas.
Al mejorar en las creencias sobre sí mismos, sus ejecuciones también mejoran y comienzan a generar nuevas ilusiones y esperanzas. Y como el ciclo de positividad también funciona, ahora cada vez van comprobando con más actuaciones que sí pueden, sí valen más de lo que pensaban y sí lo logran...