La pasión, las caricias, el fuerte deseo de fundirse con otro, el cariño,
el afecto, la ternura, gozar, abrazarse a la persona querida, son estados
naturales que fluyen en las relaciones de pareja cuando estas tienen sintonía,
concordancia,amor.
Pero se puede disfrutar (¿?) de la relación y del sexo con un verdugo?
La maldad del perverso/a llega a tal límite que incluso obliga a los hijos a ser testigos silenciosos de la destrucción gradual de su madre o su padre, en función de cada caso. Posteriormente, incluso puede ocurrir que estos hijos –que tampoco eligieron vivir entre esa maldad-, después de observar el ejemplo de tanta agresividad psicológica de un progenitor hacia el otro, sean los jóvenes a quienes luego critican los “educados y simpáticos” adultos de: ¡agresivos en la sociedad!, ¡la agresividad que hoy tiene la juventud.
Pero se puede disfrutar (¿?) de la relación y del sexo con un verdugo?
La maldad del perverso/a llega a tal límite que incluso obliga a los hijos a ser testigos silenciosos de la destrucción gradual de su madre o su padre, en función de cada caso. Posteriormente, incluso puede ocurrir que estos hijos –que tampoco eligieron vivir entre esa maldad-, después de observar el ejemplo de tanta agresividad psicológica de un progenitor hacia el otro, sean los jóvenes a quienes luego critican los “educados y simpáticos” adultos de: ¡agresivos en la sociedad!, ¡la agresividad que hoy tiene la juventud.
Como si los hijos vinieran de
Marte.
“Sí”, o bien cuando uno es masoca, o cuando ha disociado (separado) su “mente
de su cuerpo” sus emociones, afectos y sentimientos de su fisiología, de sus
sensaciones corporales.
Pero cuando alguien tiene los sentimientos coherentes, en la línea del
disfrute, de crear armonía, de compartir amor, de sentir felicidad y paz, ¿cómo
se arreglará ese ser para fundirse con alguien del que recibe daño, acoso
psicológico?
Muchas parejas se ven atrapadas en una relación desastrosa, siendo víctimas de
hombres o mujeres, dependiendo de quién sea el perverso en cada relación, como
bien describe Marie-France Hirigoyen en su libro “El acoso moral (El maltrato
psicológico en la vida cotidiana)”.
El perverso/a es una persona con mucha maldad, vacío interior, inestables,
alterados psicológicamente, su motor es la envidia, que disfrutan haciendo
mucho daño a la otra persona. Su triunfo es ver a la pareja hundida, depresiva,
desestabilizada; el/la narciso/a perverso/a siente que vale, que su poder es
grande –desgraciadamente-, pues una vez ejercido sobre alguien, la pareja en
este caso, han tenido el éxito de destruirla. La psique del perverso/a es así.
Esto no es invento de psicólogos. Es probable, según los datos, que haya un 15%
de personas acosadas psicológicamente dentro de las parejas, y obviamente para
hablar de sufrimiento humano es mucho.
Un/una narciso/a perverso/a, puede ser alguien encantador, educado, amable y
simpático con mucha gente. Menos con quien ejerce la perversión. La pareja en
este caso. Es el drama de la víctima, quién la creerá, si todos los que conocen
a su pareja saben que es tan atento/a y amable. Pues ahí está una clave, el/la
narciso/a perverso/a, ejerce la maldad con guante blanco, de forma sibilina,
sólo sobre la pareja, sabe las palabras que decir, los gestos que hacer, las
ironías apropiadas para golpear la sensibilidad del otro, de forma constante.
A las personas nobles, de buen corazón, que disfrutan haciendo el bien, les
cuesta mucho comprender y asimilar el funcionamiento del perverso. La gente
disfruta con los buenos sentimientos, el amor, lo bello, la armonía, la paz, el
equilibrio, la concordia, la sintonía, la colaboración, el compartir. Y en
destruir todo esto es experto el/la acosador/ra psicológico. Con ello rompe el
alma, el corazón, los sueños, y con ello la vida, a esa persona que tiene al
lado. Y como tiene tanta maldad, lo celebra.
La gente puede preguntarse: Cómo puede ser que alguien que está sufriendo esa
depresión, esa angustia y sufrimiento, no se vaya de esa relación, alguien a
quien están matando poco a poco, no se separe¡.
El/la víctima de acoso psicológico, no buscó esa guerra, se la encontró en el
camino de la vida; esta persona no quería destrucción, quería construir una
familia y disfrutar con ello. Ahora, después de que la han desestabilizado, de
soportar tanta presión, en su angustia, en su depresión, ¿a dónde va?. Con su
fragilidad y miedo ¿qué camino tomar? ...(SIGUE...)