En
conjunto se puede afirmar que la sexualidad siempre será el resultado de las
relaciones íntimas, y de la pareja, no sólo de un componente de la misma. Es
probable que la personalidad obsesiva sea muy controladora, crítica,
concienzuda y responsable, de ahí que todo lo relacionado con el ocio, el
disfrute y el placer, le parecerá algo inútil, una pérdida de tiempo.
Este tipo de personalidad frecuentemente vive bajo un férreo control y lo que se dice desmelenarse, costará bastante ya que su distorsión de personalidad implica tener todo y a todos en una mecánica funcional.
Probablemente en las relaciones estará siempre acostumbrada a una postura, deseando que se acabe pronto y más que nada realizarlo por obligación, cumplir, y temas así, ya que de paso tiene contento al otro elemento de la pareja.
Es fácil que durante la relación íntima (estará deseando que se acabe), piense sobre todo en lo que tiene que hacer al acabar, como pueden ser obligaciones o tareas pendientes, lo del día siguiente, y así.
Además es una persona, la obsesiva, que tiene tendencia a tener demasiados ascos y con frecuencia maniática de la limpieza, con lo cual los fluídos, secrecciones, sudores, etc... le dan mucha grima, y más que placer lo que conlleva para esa persona una relación sexual, es casi sufrimiento. Lo evitará en lo posible.
Como tiene su autocrítica y juez interior muy desarrollados, la mantienen la mayor parte del tiempo ocupada en productividad, o lo que ella cree es productividad, trabajo, y las tareas que su propia obsesividad le exige, como ritos y asuntos de planificación y organización, el orden y la limpieza.
En concreto para las personas con obsesión y manía por la limpieza, los besos, le pueden dar mucho asco (los evita). Lo relativo al placer, lo lúdico, hedonismo, los sentidos y la sexualidad son una especie de recreo que su juez interior y su conciencia personal le niegan constantemente.
Puede que si en un momento, porque la situación se pone difícil tenga que acceder a tener relaciones, ello la irrite o incluso que enferme con alguna infección, alergias, dolores de cabeza, cualquier dolencia física para justificarse de su negativa y así poder evitarlo.
Únicamente le dará más valor si cree que su pareja está en riesgo de romperse y así evita que el otro se busque algo fuera, o le dará importancia también si llegara a entender que tiene unos importantes beneficios para la salud.
A Ud., si es una persona con trastorno obsesivo-compulsivo, le interesa saber que soltarse, fundirse con la creatividad del momento íntimo, darse un baño de caricias y afectividad, permitirse una descarga neuro-hormonal de sustancias que produce el orgasmo, cultivar el amor y el cariño, le va a repercutir muy favorablemente en todo su ser, toda su persona.
Claro, bien cierto es, que todos los beneficios y momentos de placer que Ud. se ha permitido, si ha conseguido bajar la guardia, visto desde su conciencia tan castigadora, pueden llevarle al auto castigo, y en ese bucle, de nuevo volver a odiar las relaciones sexuales que finalmente para Ud. acaban siendo algo muy aversivo.
El placer convertido en sufrimiento. El poder de su juez interior y su conciencia atropellando a su "yo" personal. El profesional que le puede ayudar a salir de esta, su cárcel, es el psicólogo especialista en psicología clínica y terapia sexual.
Cuanto antes comience a realizar la terapia, antes se expandirá todo su ser neuro-bio-psico-social-espiritual, para qué? pues para vivir una vida más feliz, plena, con menos sufrimiento y liberarse de su hipoteca mental, sus obsesiones, así como de los costosos ritos comportamentales.
Como se observa en el día a día de la consulta. Cuando se intenta, se mejora y tener presente que si la sexualidad forma parte de las personas, será por algo. Cultivada desde el amor, da muchas satisfacciones para la vida de pareja. Y en conjunto con el resto de aspectos vitales, tranquiliza, relaja y equilibra las vidas.
Este tipo de personalidad frecuentemente vive bajo un férreo control y lo que se dice desmelenarse, costará bastante ya que su distorsión de personalidad implica tener todo y a todos en una mecánica funcional.
Probablemente en las relaciones estará siempre acostumbrada a una postura, deseando que se acabe pronto y más que nada realizarlo por obligación, cumplir, y temas así, ya que de paso tiene contento al otro elemento de la pareja.
Es fácil que durante la relación íntima (estará deseando que se acabe), piense sobre todo en lo que tiene que hacer al acabar, como pueden ser obligaciones o tareas pendientes, lo del día siguiente, y así.
Además es una persona, la obsesiva, que tiene tendencia a tener demasiados ascos y con frecuencia maniática de la limpieza, con lo cual los fluídos, secrecciones, sudores, etc... le dan mucha grima, y más que placer lo que conlleva para esa persona una relación sexual, es casi sufrimiento. Lo evitará en lo posible.
Como tiene su autocrítica y juez interior muy desarrollados, la mantienen la mayor parte del tiempo ocupada en productividad, o lo que ella cree es productividad, trabajo, y las tareas que su propia obsesividad le exige, como ritos y asuntos de planificación y organización, el orden y la limpieza.
En concreto para las personas con obsesión y manía por la limpieza, los besos, le pueden dar mucho asco (los evita). Lo relativo al placer, lo lúdico, hedonismo, los sentidos y la sexualidad son una especie de recreo que su juez interior y su conciencia personal le niegan constantemente.
Puede que si en un momento, porque la situación se pone difícil tenga que acceder a tener relaciones, ello la irrite o incluso que enferme con alguna infección, alergias, dolores de cabeza, cualquier dolencia física para justificarse de su negativa y así poder evitarlo.
Únicamente le dará más valor si cree que su pareja está en riesgo de romperse y así evita que el otro se busque algo fuera, o le dará importancia también si llegara a entender que tiene unos importantes beneficios para la salud.
A Ud., si es una persona con trastorno obsesivo-compulsivo, le interesa saber que soltarse, fundirse con la creatividad del momento íntimo, darse un baño de caricias y afectividad, permitirse una descarga neuro-hormonal de sustancias que produce el orgasmo, cultivar el amor y el cariño, le va a repercutir muy favorablemente en todo su ser, toda su persona.
Claro, bien cierto es, que todos los beneficios y momentos de placer que Ud. se ha permitido, si ha conseguido bajar la guardia, visto desde su conciencia tan castigadora, pueden llevarle al auto castigo, y en ese bucle, de nuevo volver a odiar las relaciones sexuales que finalmente para Ud. acaban siendo algo muy aversivo.
El placer convertido en sufrimiento. El poder de su juez interior y su conciencia atropellando a su "yo" personal. El profesional que le puede ayudar a salir de esta, su cárcel, es el psicólogo especialista en psicología clínica y terapia sexual.
Cuanto antes comience a realizar la terapia, antes se expandirá todo su ser neuro-bio-psico-social-espiritual, para qué? pues para vivir una vida más feliz, plena, con menos sufrimiento y liberarse de su hipoteca mental, sus obsesiones, así como de los costosos ritos comportamentales.
Como se observa en el día a día de la consulta. Cuando se intenta, se mejora y tener presente que si la sexualidad forma parte de las personas, será por algo. Cultivada desde el amor, da muchas satisfacciones para la vida de pareja. Y en conjunto con el resto de aspectos vitales, tranquiliza, relaja y equilibra las vidas.