Cuando la
pareja tiene el trastorno de personalidad del narciso perverso, cómo
conocerlo?, qué estrategias utiliza?, se puede tener satisfacción en las
relaciones de pareja con él, y hacer el amor?. El/la acosador/ra (que
previamente suele tener importante patología) utiliza unas técnicas muy
sutiles:
Tremendamente
crítico, nada le está bien (proyecta en la gente y en el mundo su propia
frustración), desprecia, dice sin decir, gestos, malas caras, miradas, ironía,
teoriza sobre otros y de paso hace daño a la víctima. Esto llega como un dardo
al corazón de la víctima que lo sufre en silencio.
Otras veces
utiliza el desden, los insultos, las faenas silenciosas, cambia los
significados de lo que dijo y le da la vuelta. Miente. Intenta distanciar a la víctima de sus amigos y su familia, igualmente critica a todos. Aplica la maldad para
destruir al otro. Atropella.
El objetivo
del/la acosador/a es destruir a la víctima, desestabilizándole
psicologicamente, presionando para que caiga en una enfermedad mental o
depresión, como un vampiro, chupándole la vida y la energía, incluso deseando
que llegue al suicidio.
La víctima: en
este caso es un papel que le han impuesto, que no ha elegido. Al estar en una
trampa lo sufre. Soporta al otro elemento de la pareja que le ha roto sus
sueños y con ello el corazón, el alma.
“Este
escenario se da en el marco de una familia aparentemente normal”.
Quien tiene
ahí pasión por hacer el amor, ¡que amor!, ¿sexo con el verdugo?, con el corazón
roto. No. Ese ser en cuerpo y alma, la víctima, no puede mantener unas
relaciones placenteras. El amor es fuerza y energía por la vida, es la fuente
que genera transformación. Alguien que es un/una acosador/ra psicológico, que
va intentando sembrar la destructividad y la muerte no puede ser un buen
amante, será alguien frío y calculador que va a satisfacer una simple descarga
instintiva y ni siquiera sabe abrazar, dar cariño, tocar.
No sabe lo que
es el amor. Amor es compartir y desear tanta felicidad para uno como para la
pareja. Gano yo, ganas tú. Pero estos modos de funcionamiento no existen en la
mente del perverso, para el perverso el “otro”, no existe. Solo existe “él
mismo”, por y para él.
EL DRAMA DEL
PERVERSO.
El/la
narciso/a perverso/a no puede hacer el amor porque la sola intimidad le/la
desestabiliza. Le horroriza la relación cercana. El tu y yo, cuerpo a cuerpo,
le enferma, porque no tiene “yo”. Es su vacío. Solo está preparado para las
relaciones más superficiales. Carece de estructuras mentales para comprender y
soportar la fusión amorosa, así atacando a la víctima, se mantiene en su
distancia.
LA FUNCIÓN DEL
PSICÓLOGO:
La víctima es
la que suele pedir ayuda, para su depresión, angustia, fobias, su estrés, y/o para sus problemas de
pareja.
El acosador/ra
no siente el problema, piensa que él/ella siempre tiene razón. Son los demás
los que están equivocados. El/la perverso/sa, ante los demás, tiene que
mantener su imagen, siempre es perfecto/ta. En su interior –si lo tiene-,
siente el vacío, que quiere suplir dañando. Realmente es una estrategia muy
equivocada para componerse uno psicológicamente. El problema es que destruye a los de su entorno.