Cuando se da vía libre a los pensamientos negativos en la mente, se está dejando la puerta abierta para que una avalancha de negatividades invada a la persona. La energía negativa se apodera del ser y las calamidades y desgracias van creciendo en sus vidas. Y van produciendo un estado cada vez mayor de pensamientos y mentalización negativa y con carga destructiva. Y para las personas que tiene cerca.
En la cultura occidental con frecuencia predomina la creencia de que en la vida, se ha venido a sufrir, se tiene la culpa de todo, en las vidas tiene que estar presente el miedo y el dolor. Como sí cuando se cumplen estos parámetros la persona está actuando correctamente y esta sintonizada con lo que tiene que ser.
Y parece que cuando alguien es feliz, vive sin culpas, y es positivo, la interpretación que el resto de la gente hace, es que algo no está correcto, que pasa algo en ese ser que desborda alegría.
Un acto de inteligencia es profundizar en el tipo de resultados que se anhelan y pura lógica, lo negativo no puede desembocar en nada bueno. Lo cierto es que las influencias religiosas del ser pecadores, sentirse culpables por todo, vayan en contra de la naturaleza del ser.
El sentido de la persona en el planeta, está en línea con un proceso de autorrealización, de aportar y recibir. Y es obvio que una persona llena de cargas negativas, va salpicando de maldades y desgracias su trayectoria, y alcanzando a todas las personas que se relacionan con ella. Por eso, por el mismo compromiso del ser y aplicando la lógica de la inteligencia, también se pueden dirigir los pensamientos, las energías, a lo más productivo, satisfactorio y feliz.
Ya sólo que sea por UNO MISMO, POR LAS PERSONAS QUE LES RODEAN y por el compromiso DE LA VIDA.