Entre las maneras de comunicarse la gente, destacan varios estilos, unos más saludables y eficaces y otros que pueden llevar a complicaciones para las parejas, familias, amigos, empresas y para todas las personas que participan en la situación.
Estilo pasivo: una forma de ser y estar que denota falta de opiniones propias. A veces porque no se tienen al ser tan pasivo, no elabora, o que lo hace y no lo expresa, bien por inseguridad, falta de confianza, temor a ser rechazado y no aceptado, etc... Y siempre va por la vida aceptando las de los demás. Puede ser en algunos contextos y no en todos. Ello le puede traer como consecuencia serios problemas ya que cuando se da cuenta está llevando y haciendo la vida de otros, no la suya.
Estilo agresivo: una forma de imposición faltando al respeto a los interlocutores. Suele ser un estilo algo intimidatorio, con amenazas y pensamientos cerrados y rígidos. Su mensaje es impositivo y el que lo oye se siente casi culpable si no lo acepta y/o lo obedece. Exceptuando si es una persona con más confianza y seguridad. Aún así, a veces en función de qué situaciones, hay casos en que las personas lo ven mal, y lo soportan por sus condiciones limitadas, ej. en un contexto sociolaboral de escasez de trabajo, aunque el jefe de la empresa sea así y el trabajador perciba estos errores, se somete con vistas a no perder el empleo.
Estilo manipulativo: en este modo se disimulan las verdaderas intenciones y sentimientos para alcanzar mejor sus metas personales. Así el manipulador cree que no se van a percatar y puede salirse mejor con sus objetivos. Muchas personas se dan cuenta de este estilo de camuflaje y lo identifican a tiempo. Otras veces cuando el manipulador es muy hábil lo vende de forma sibilina.
Estilo asertivo: es un modo de relacionarse en el que se defienden los propios derechos, ideas, creencias y pensamientos, respetando los de los demás. Y tiene como consecuencia establecer un modelo de relaciones interpersonales que generan interacciones gratificantes y satisfactorias para uno mismo y para la gente con la que uno se relaciona.