En general, los silencios no sólo son pausas o intervalos entre palabras, sino que forman en sí mismo parte de la comunicación.
Las palabras tienen tanto poder que en función de cómo sean, así serán las repercusiones en tu vida. Un habla cargado de negatividad o dramas producirá desastres y problemas en tu entorno. Conviene escucharse y apreciar el tipo de lenguaje para poder corregirlo. Y conocer y apreciar el silencio, es la entrada en las mentes de los otros para conocer sus tipos de discurso, y con ello sus realidades. Por ello tus silencios te permitirán agudizar tu capacidad de observación y así captar la forma de ser de los demás.
El silencio para ti puede ser muy beneficioso. Ya sabes que escuchar es diferente a oír. Más allá del rutinario discurso está "el ser" de la persona que tienes por interlocutor, date permiso para ir más allá del fuir de sus palabras para conocer a la persona que está detrás con mayor alcance y profundidad.
En la comunicación cada persona tiene sus ritmos y cuando alguien espera una respuesta, a veces le es difícil estar atento un tiempo para que el otro elabore lo que desea comunicar. Por ello a veces los silencios son angustiosos para un tipo de personalidades ansiosas, que no soportan el pánico de los vacíos.
A veces algunas personas con escasa inteligencia emocional y relacional, utilizan los silencios con mucha frecuencia. Unas veces de forma agresiva con el entorno y otras por sus limitaciones. La cortesía del lenguaje para los encuentros, también forma parte de las relaciones sociales y es como una tarjeta de presentación, la gente no tiene porqué contar su vida, sencillamente un elemento al estar en sociedad y no se precisa de más. Uno puede elegir siempre hasta donde quiere compartir y cual guardarse.
Otras ocasiones de silencio pueden ocurrir entre adolescentes y sus padres, como un negativismo, una oposición, una rebeldía y un castigo a estos. Una salida en realidad de un "no quiero comunicarme contigo, te fastidias". En casos muy patológicos pueden ser síntomas de importantes problemas, el llamado "mutismo electivo", que hablan con unas personas y castigan a otras, y disfrutan cuando al no hablar sienten que tienen el poder de castigar a las personas del entorno, que necesitan explicaciones.
En las relaciones de pareja los silencios suelen tener su gran dosis de agresividad, ya que implican excluir al otro de posibles explicaciones, y viven con la exigencia de dar por hecho que el otro lo tiene que adivinar y suponer. En estos casos los silencios se pueden convertir en una brecha que multiplica la distancia y puede llegar a la ruptura. Una vez más a veces son castigos que encierran múltiples significados.
El silencio a veces en la pareja, funciona como "la no comunicación", no permite explicaciones, ni clarificaciones y sitúa al otro en la exclusión. Una forma de distanciamiento. Y no siempre lleva connotaciones agresivas a veces es por el bloqueo que produce la suposición de que las palabras pueden también herir y mucho.
Al fin los silencios son centrales en la comunicación, permiten entrar en el sí mismo y en el de los demás. Pero sobre todo los silencios son parte del baile del "yo y los otros". Poder utilizarlo con inteligencia forma parte de la inteligencia emocional y relacional. Experimentarlo y aprender...LA VIDA...
El silencio a veces en la pareja, funciona como "la no comunicación", no permite explicaciones, ni clarificaciones y sitúa al otro en la exclusión. Una forma de distanciamiento. Y no siempre lleva connotaciones agresivas a veces es por el bloqueo que produce la suposición de que las palabras pueden también herir y mucho.
Al fin los silencios son centrales en la comunicación, permiten entrar en el sí mismo y en el de los demás. Pero sobre todo los silencios son parte del baile del "yo y los otros". Poder utilizarlo con inteligencia forma parte de la inteligencia emocional y relacional. Experimentarlo y aprender...LA VIDA...