Una ilusión de las personas es que el otro cambie. Saliendo en pareja observan que algo del otro que no les gusta, y cree que con el tiempo logrará que cambie. Una ilusión. Tal vez cambie... sí, coja más confianza, sea más a su manera, y cambió sí, a peor...
Cuando las parejas se aman, a veces, según sea el aspecto a cambiar, si se empeñan en mejorar, lo van consiguiendo. Otras veces,la gente no desea, no quiere cambiar.
Desear que alguien cambie...a qué..?, hacia donde...?, porqué...?, es como si uno tuviera que dejar de ser él mismo para adaptarse a las apetencias del otro.
La situación es muy compleja, ya que quién es el otro para decirle a alguien que cambie...?. Y si el que lo pide no se aclara, es confuso, y no sabe lo que en realidad quiere, piensa que la solución de sus problemas de convivencia es que el otro cambie y el no ve su parte...?
En realidad es un problema grave. Cuando alguien desea que el otro cambie, es muy probable que no le gusta, ni cómo es, ni cómo actúa. Por ello no está garantizado que el cambio tenga que ser para solucionar unas diferencias probablemente muy profundas.
Es cierto que muchas parejas que se están separando, ya tuvieron problemas desde antes de casarse y en vísperas de boda, ella... o tal vez él..., creían que con el tiempo el otro cambiaría, que podrían cambiarle... se hubieran ahorrado muchos años de sufrimiento, tanto para ellos, como para los hijos que tuvieron, si afrontan esa cruda realidad:
Si mi ilusión es cambiarlo.... No será porque no me gusta cómo en realidad es...????